Quiero utilizar esta entrada en primer lugar como disculpa por la tardanza en volver a publicar y en segundo lugar para contar el motivo y la experiencia que he vivido.
Muchas veces no valoramos lo que tenemos y lo que de verdad queremos hasta que llegamos a situaciones límite. En mi caso haber estado en esta situación me ha hecho ver qué es lo que realmente quiero y lo afortunada que soy por tener la gente, familia y amigos que tengo.
Para que podáis entender lo que anteriormente he dicho voy a explicaos lo que me sucedió, tanto lo malo como lo bueno que he podido sacar de esto.
Recientemente he tenido un accidente de tráfico en la autovía. Nunca jamás había tenido ningún susto ni problemas con los coches, ni mucho menos un accidente de esta importancia.
Íbamos en el coche cuando hubo un golpe justo con los coches que estaban delante del mío.
Los peores segundos de mi vida.
Al ver el accidente lo primero que hice fue reaccionar, por tanto empecé a frenar pero era consciente de que no se podía hacer nada más, era consciente de que el coche me fallaba y no podía frenar más, era consciente de que me iba a estrellar, era consciente de que no sabía si al chocar iba a salir viva o no.
Ser consciente de eso es muy duro.
Que en unos segundos te veas en una situación límite en la que se lo dejas todo a la suerte es lo peor que me ha pasado jamás.
Afortunadamente salí por mi propio pie del coche, pero sobre todo lo que más te preocupa en esos momentos no es si tú estás bien, si te has quemado o si te has roto la nariz, la preocupación más grande para mi fue la persona que me acompañaba, la persona que esa misma mañana me dijo: "Te acompaño porque no quiero que vayas tú sola", esa persona que me ha demostrado que está para lo bueno y para lo malo.
En esos momentos te das cuenta qué es lo importante para ti, o quién. Por quién estarías dispuesto a dar la vida y por quién no, y si yo pudiese dar marcha atrás en el tiempo le habría dicho que no me acompañara, que se quedara en su casa y si hubiera tenido este percance preferiría haberlo tenido yo sola, haber corrido el riesgo de no saber qué iba a ser de mi, pero que él no tuviera que haber pasado por esto.
Cierto es que no lo he pasado muy bien pero por otro lado hay que ver el lado positivo. He aprendido a expresar mis emociones con la gente que quiero, a no dejarlo para el último momento porque nunca se sabe cuando va a ser ese último momento. He aprendido a superar mis miedos o intentarlo al menos, aunque no sea nada fácil, pero no me voy a rendir. Pero sobre todo he aprendido a darme cuenta de lo que tengo a mi lado, para mi, LAS MEJORES PERSONAS DEL MUNDO.
Y concluyo diciendo que doy gracias por estar...
Otro día en el mundo.
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